Estos días millones de niños y niñas retornan a las aulas, algunos contentos por el reencuentro con los amigos, otros con la añoranza de las vacaciones aún a cuestas. La mayoría, probablemente, con una mezcla de ambas sensaciones.
Los conflictos bélicos, la pobreza y la exclusión social hacen que 61 millones de menores de entre seis y 11 años de todo el mundo, según Unicef, no puedan acceder a la educación primaria. Una circunstancia que les aleja de la posibilidad de leer y escribir y les aboca a un futuro sin futuro, condicionado, entre otros factores, por su analfabetismo. En nuestro país tenemos una educación pública de calidad pero el 47% de las familias no pueden afrontar los gastos extraordinarios de la vuelta al cole, como el comedor escolar. Es por ello que la Fundación Esperanza Pertusa tiene como objetivo que ningún niño se quede sin comedor escolar en dos centros emblemáticos de Elche.
Aulas con alma
El CEIP Casablanca de Elche se prepara para comenzar un nuevo curso que, como todos, no será fácil de gestionar. El Colegio Público Casablanca se encuentra adscrito al programa C.A.E.S (Centros de Acción Educativa Singular). Juan Yáñez, director del Colegio Casablanca cuenta que “debido a la situación del centro y de las familias del alumnado puede parecer imposible sacar adelante, pero siempre intentamos dar lo mejor de nosotros mismos”. El director, que comparte sus valores de empatía, solidaridad e igualdad con su equipo docente, explica que en el colegio Casablanca “no vale la programación, cada día innovamos según cómo lleguen los alumnos, no paramos de pensar en nuevas formas de enseñar”.
Los principales objetivos educativos del colegio Casablanca son la igualdad y la integración, “intentamos aplicar una educación lo más individualizada posible, pensando siempre en las condiciones personales de los alumnos y alumnas”, explica el director, que busca constantemente renovar las líneas educativas del centro.
Juan se ha convertido en el motor del centro que dirige y tanto él como el profesorado del CEIP Casablanca tratan de encontrar nuevos modos de captar la atención de sus estudiantes, “en las aulas de primaria aprovechamos los conocimientos culturales y la diversidad de los niños y niñas para educar en el respeto al resto y la pluralidad”.
En el CEIP Ausias March también buscan nuevos puntos de vista desde los que programar las clases. Juan Carlos Jiménez, director del centro explica que “en el colegio Ausias March se unen estudiantes que llegan a las aulas una vez ha comenzado el curso” y familias que han sufrido cambios económicos bruscos en los últimos años, “por lo que la mejor planificación es improvisar y transformarnos constantemente, ya que no todas las soluciones funcionan para todo el mundo igual” por ello afirma que el conocimiento del alumnado por parte de la dirección “es imprescindible”.
Ambos centros llevan a cabo proyectos educativos y sociales en los que integran al alumnado y a su entorno. La Fundación Esperanza Pertusa lleva varios cursos colaborando con los CEIP Ausias March y Casablanca en diferentes actividades, como en mercadillos sociales y en la compra de materiales sociales. Sin embargo, el principal proyecto de la Fundación Esperanza Pertusa con ambos centros son las Becas Comedor.
Juan Carlos cuenta que “desde que contamos con ayuda para el comedor, muchos más niños y niñas comen en el centro”. En el CEIP Ausias March decidieron bajar el coste de las comidas para que las becas de la Conselleria cubrieran a más estudiantes y así dosificar las ayudas externas, “muchas veces la comida que realizan en el colegio es la única completa del día, por lo que para muchas familias es importante que sus hijos e hijas puedan quedarse al comedor” cuenta el director del centro.
Juan Yáñez también ha notado que las ayudas a la Beca Comedor han supuesto un aumento del alumnado que come en el centro, “nuestro objetivo es que ningún niño o niña del CEIP Casablanca se quede sin comedor, a pesar de tener una población cambiante siempre nos adelantamos a la situación, para que todo el alumnado pueda acceder al comedor de manera gratuita”.
Tanto Juan Yáñez como Juan Carlos tienen como objetivo que los padres y madres se impliquen en la gestión de las becas comedor, «la mejor forma de que las familias conozcan la situación del centro es hacerlas partícipes de las ayudas que recibimos”, explica Juan Carlos Jiménez.
En el CEIP Casablanca estudian las condiciones familiares del alumnado, Juan Yáñez se encarga de conocer individualmente a cada alumno y alumna, “si comprendemos las circunstancias personales de las familias podemos planificar las ayudas de manera eficiente, así desde el momento en el que se inscriben al centro sienten que forman parte de él”.
Con este proyecto estamos contribuyendo al Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 con el cual se pretende terminar con todas las formas de hambre y desnutrición y velar por el acceso de todas las personas, en especial los niños, a una alimentación suficiente y nutritiva durante todo el año.
Septiembre 2018