A veces no somos conscientes de lo que tenemos y no valoramos realmente cosas que podrían parecernos corrientes como la comida, la ropa o el calzado. Lo que para muchos puede ser algo cotidiano o normal, para otros se convierte en un bien necesario.
Por suerte, existen personas como Maribel de Rus. Empezó como voluntaria para ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad en la asociación Plato Solidario de Santa Pola en el año 2013. Desde entonces, ha dedicado prácticamente su vida a ofrecer su solidaridad al resto.
Maribel recuerda los inicios en la asociación, cuando los recursos eran escasos. “Íbamos a por comida con cacerolas, al principio lo pasamos muy mal”, afirma la presidenta de Plato Solidario. Asegura que “sin la ayuda de otras asociaciones como Cáritas o Cruz Roja” sería más difícil desempeñar su trabajo.
Plato Solidario da alimentos a diario a una treintena de personas. “Suelen venir entre 25 y 30 personas al día, aunque hemos llegado a tener hasta 35. En el caso de las personas mayores vienen sus asistentes a recogerles la comida” apunta Maribel.
Esta asociación no podría llevar a cabo su labor sin apoyo externo. En palabras de Maribel, las aportaciones particulares son un pilar básico en el día a día de Plato Solidario. Maribel se siente satisfecha con su labor. “Honestamente estoy muy contenta y feliz, aunque el día a día resulta agotador. Me siento muy reconfortada, creo que estoy haciendo el bien”.
Su trabajo va más allá de dar a los demás, le reconforta hablar con las personas y transmitirles buenas palabras: “Lo que más me llena es hablar con las personas, decirles que todo es pasajero y puede cambiar”. En muchas ocasiones la solidaridad de Maribel es extensible al resto de su familia, pues “siempre que pueden” sus hijos y su marido acuden a la asociación a colaborar con la causa.
El trabajo de Plato Solidario resulta fundamental para contribuir a la equidad social y a mejorar la vida de personas en riesgo de exclusión. Desde la Fundación Esperanza Pertusa apoyamos el trabajo de la asociación y manifestamos nuestro reconocimiento a la labor de personas como Maribel, tan necesarias para que a nadie le falte su plato de comida en la mesa.