La pasada semana la presidenta la Fundación Esperanza Pertusa, Esperanza Pertusa, y la directora de proyectos, visitaron uno de los proyectos sociales más emblemáticos de Alicante. Nazaret es un proyecto que nace hace más de 50 años para dar respuesta a los menores con problemas de exclusión social en Alicante. Desde esa fecha Nazaret se ha ido configurando en unas estructuras de atención educativa concretas: pisos de acogida para menores en desamparo, programas de familia y programas de juventud y el colegio CAES, Centro de Actuación Educativa Singular.
En el Colegio, donde atienden a 170 niños, su director, Leoncio Calvo y la responsable del programa de reinserción de jóvenes, Arancha Yagüe explicaron con gran entusiasmo como el Colegio, más que un centro realiza una labor de compensación educativa y social. “No podemos pensar en que los niños estudien si no han comido, o no han dormido. Para nosotros es incluso más importante el cubrir sus necesidades de afecto que la educación”, explica el director. “Son niños que vienen con la etiqueta de gitanos y nosotros no les juzgamos. Están acostumbrados al grito y la amenaza, viven prácticamente en la calle, y aquí tratamos de prepararles para la vida. Nuestra filosofía es llegar a lo que nadie llega”, añade Arancha.
Desde la Fundación, además de aportar a su misión se pretende apoyarles a través del programa de reinserción para que los jóvenes que tutelan puedan tener una experiencia laboral en Gioseppo y tratar de romper el círculo de pobreza y exclusión.